Como si de galaxias en el espacio se tratara, el mapa de cobertura del servicio de energía eléctrica de Panamá permite observar islas de luz en medio de un país con amplias áreas en la absoluta oscuridad. Dentro de este universo destacan tres grandes clusters de regiones con un alto porcentaje de cobertura del servicio de energía eléctrica, la zona metropolitana de Panamá y la región alrededor de la carretera transístimica hasta Colón; la región del Arco Seco, que inicia desde Chame continua hacia Penonomé y llega hasta Pedasí al sur y Santiago al oeste; y el occidente de Chiriquí, todas zonas altamente urbanizadas en donde se concentra la población y las principales actividades productivas del país (ver mapa Producto Interno Bruto y población económicamente activa en Panamá, para comparación).
Las zonas rurales de la provincia de Coclé y Veraguas y las áreas indígenas de la provincia de Darién y las Comarcas Embera, Kuna Yala, Kuna Wargandí, Ngobe Buglé y Bocas del Toro carecen de este elemental servicio de la vida moderna. Los datos nos permiten vislumbrar el impacto que en la calidad de vida esto significa para estas poblaciones. De entre cinco de los diez electrodomésticos más comunes en los hogares panameños, entre los cuales se encuentran, el refrigerador (57%), lavadora (50%), televisor (75%), radio (56%) y equipo de sonido (32%) menos del 5% de los hogares en esta zona cuenta con alguno de ellos. Hogares para los cuales la ausencia de un refrigerador significa que su capacidad para conservar los alimentos o medicinas se encuentra seriamente limitada, zonas donde las comunicaciones se encuentran confinadas a las ondas de radio (57% de los hogares en áreas indígenas; 70% en el Darién tienen como único medio de comunicación un radio).
En Panamá, el 27% de la energía eléctrica que se genera se utiliza para fines residenciales. La alta cobertura del servicio de energía eléctrica en el área metropolitana, y en general en las zonas urbanas del país, junto a unos ingresos más elevados, se traduce en un mayor equipamiento de los hogares con enseres electrodomésticos y por consiguiente un elevado nivel de consumo de energía. Como vemos en la tabla a continuación, un hogar promedio en Panamá tiene al menos un televisor, abanico, refrigerador, radio y lavadora todos los cuales dejan una huella considerable en el consumo eléctrico.
De entre estos electrodomésticos, el refrigerador y la televisión son los que mayor impacto tienen en el consumo energético debido en parte, a su uso continuo dentro de los hogares. La lavadora por su parte requiere de un alto consumo de energía, aunque mucho más limitado y puntualizado a los momentos en que la misma se utiliza.
Las comodidades de la vida moderna, las cuales podemos disfrutar gracias a un flujo continuo de energía, demandan el uso de recursos naturales, que generalmente se encuentran alejados de las zonas de consumo final. La generación de electricidad en Panamá proviene en un 55% de hidroeléctricas y un 45% de termoeléctricas principalmente alimentadas, estas últimas, con búnker, un derivado del petróleo. El 51% de la generación hidroeléctrica del país descansa en las represas de Fortuna (Chiriquí) y el Lago Bayano (Panamá Oeste), las cuales se encuentran en áreas que, paradójicamente, son espacios oscuros en el mapa de cobertura del servicio de energía eléctrica en Panamá.
Que un 51% de toda la energía que se consume en el país provenga de solo dos centros de producción y de un solo recurso natural, nos deja en una situación vulnerable ante cualquier evento que afecta el normal funcionamiento de dichas centrales. Con las presiones internacionales causadas por los constantes aumentos del petróleo y la necesidad de disminuir las emisiones de gases de invernadero, se hace urgente enfocar una política energética que maximice el uso de los recursos naturales disponibles a nivel local, minimizando al mismo tiempo la dependencia de los hidrocarburos, la generación de CO2 y la salida de divisas del país. Para esto, se deben planificar inversiones no solo para la construcción de nuevas hidroeléctricas, sino también para la exploración de fuentes alternativas como la energía eólica o la derivada de las olas del mar, que nos permitan cumplir con los objetivos antes planteados.
Factores como el aumento en el número de habitantes y el nivel de vida y consumo de la población, junto a la realización de obras de infraestructura como la ampliación del Canal, la construcción del Metro en ciudad de Panamá y la llegada de nuevas empresas, impulsarán un aumento en la demanda por energía, para la cual, el país requiere preparase con prontitud, sino queremos tener que vivir situaciones de escasez energética, lo que podría afectar negativamente el desarrollo económico y social del país.
Me encanta este mapa. Excelente la elección de los colores. Chequea esta foto.
Muy interesante su exposición y recomendación. Sin entrar a detallar las posturas de los Gobiernos,pareciese ser que los problemas que tiene y sufre la poblacion,se transforman en bolsas de comidas,gente inoperante,mareas rojas y una cultura del juega vivo. Saludos